sábado, 13 de agosto de 2005

Para los hijos

Nunca reniegues de tu madre porque es el único ser que participa en tu crecimiento desde que te engendran. ¿Te das cuenta que su vientre es el habita durante nueve meses?, en el que cada día se conmovió por tu existencia. Y para que hablar cuando naciste, ni el cansancio, ni el dolor, ni la tristeza abatieron sus ansias de verte sano y feliz. Y cuando creciste te dio todo aún renunciando a tantas cosas, únicamente por ti.

Pero algunos hijos cuando crecen se olvidan que la madre es la manifestación del verdadero amor, de lo sagrado. Es el signo universal que trasciende a la muerte y los lazos entre madre e hijo es un horizonte luminoso que jamás desaparece.


Heidi Rótulo de Arrendó
Santiago del Estero

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