Tal vez no sea el momento correcto
para pedirle al mar que se congele,
que se quede quieto,
y pedirle al viento su atención
y su silencio.
Para pronunciar un discurso
por demás molesto,
que hable de soledad,
de noches en vela,
de amor eterno.
Tal vez sea el justo instante
para guardar silencio
y solo mirarte,
tan alegre,
tan brillante,
al parecer tan hecho de aire,
tan a punto de desaparecer
en el viento de la tarde.
Es el momento perfecto
para que baile el mar,
y que el viento ruja desafiante,
que guarden silencio mis versos,
y me quede callada, admirándote...
viernes, 26 de agosto de 2005
Admirándote
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario