viernes, 24 de agosto de 2007

Una mujer

Tuve una mujer que vivìa
colgada en mis pàrpados/
metida en los huesos/en las tripas/
que me hacìa doler la vida
cuando cerraba su garganta/
esa mujer sabìa de amaneceres/
còmo entibiar el amor por la noche/
sabìa de palomas/de lluvias
y de labrar la tierra con los dedos


Tuve una mujer respirando en mi nariz
que se dejaba recorrer con la mirada
los pliegues de su vestido azul/
a veces tambièn/sabìa cuàndo mostrar
el lunar que le adornaba el muslo derecho
y reìa/ còmo reìa/ brotaban chispas de su boca
era una mujer que se encendìa
con sòlo decir amor porque amor es fuego/decìa


Tuve una mujer esperàndome
con una manzana en la mano y un beso/
que tuvo ternuras varias
para mis varias tristezas y cansancios/
un mundo no bastaba por su caricia
esa mujer lo sabìa/ yo lo sabìa
y asì y todo/imperfecto y algo vencido
aceptaba dulce y transparente
el sudor de mi frente y el mañana...


Tuve una mujer que se fue volando un dìa
tras un verso que le hice/
se fue a buscar su rima/ su melodìa/
entonces quise regresarla adonde siempre
pero no supe terminar el poema/
ya no puedo quitarla ahora de mis venas
me cuesta despegarla de mi pecho
y la extraño/ la lloro/ la llamo
con un jazmìn y un te quiero
pero no responde a mis sùplicas
y el poema se termina/ y sè que ella rìe
y de mi boca salen chispas
y enciendo el amor/ porque el amor es fuego/digo.


Gabriel

jueves, 23 de agosto de 2007

Paradoja

Parece paradójico
que para caminar
por el sendero del guerrero
a lo largo de nuestra vida tengamos
primero que rendirnos.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Aunque abras los oidos

Aunque abras los oídos
El silencio es noche
así como hay noches
sin Luna y sin estrellas
en las cuales estás sólo,
completamente sólo,
cuando estás angustiado,
cuando te transformas en una nada
que nadie necesita,
así tambien hay silencios
que son amenazantes
porque no hay nada más que el silencio.
Aunque abras los oídos
y los ojos,
sigue sucediendo
sin esperanza ni fe.
Noche sin luz, sin esperanza;
estoy sólo en mi culpa
sin perdón, sin amor.
Entonces, desesperadamente
busco amigos.
Camino por las calles
en busca de un cuerpo,
una señal, un sonido,
y no encuentro nada.

Henry Nouwen

martes, 21 de agosto de 2007

El Poema de las Cartas

Cartas hay muchas.
Como la de los quinceañeros en las escuelas secundarias.
Cartas de lo tímidos o de los osados.
Cartas en donde se revelan las ilusiones primeras de la vida.

Los niños escriben por primera vez para conquistar,
se atreven y escudan en el bondadoso arte de escribir.
Las niñas reciben su primera carta de amor,
sonríen y de un salto corren a mostrarla a sus amiguitas.

Hay niñas más modernas y por eso más femeninas,
cogen sus mejores papeles de entre sus cuadernos perfumados y
les cuentan a los niños traviesos de una fantasía llamada amor.

Hay cartas anónimas, con las que todas las edades
alegran los labios e inquietan las curiosidades.
Hay cartas para conquistar.
Cartas escritas entre enamorados.
Cartas de despedida y por eso tan tristes.

Hay cartas en donde se escribe de otras cartas.
Las hay entre amores prohibidos y por eso tan auténticas.
Las hay entre amigos, entre esposos. Entre desconocidos o entre amantes.
También de admiradores.

Hay cartas no correspondidas. Cartas sin respuesta.
Las hay de dueños esperanzados en recibir aunque sea una.
De dueños que de tanto escribir…. ¡Se han enamorado de verdad!

Hay cartas que han hechizado de tanto ser leídas.
Hay cartas que enamoran. Hay magia en el hecho de escribir cartas.
Por eso hay escritos, cual testamentos, cuando al ser leídos, parecen escucharse las palabras de quien las escribió.
Hay cartas que tienen la voz de sus autores.

Hay cartas escritas y jamás enviadas.
Pero de entre todas las cartas a mí me gusta la de los tímidos,
porque las de ellos… ¡Son las verdaderas!
Hay cartas como ésta, escritas sólo por tímidos verdaderos.

Hay quienes lloran cuando releen cartas,
por la nostalgia de algún amor anclado en un tiempo pasado.

Hay cartas como ésta a veces conservada en algún rincón amarillento como su
historia. Hay cartas como ésta de quienes están solos y buscan un amor.
Hay cartas con historias parecidas a las contadas en estas líneas.
Hay cartas que emocionan.

Hay sueños como las narradas en esta carta.
Hay sueños solo imaginados entre amores tímidos porque son auténticos.

Hay cartas que cuentan las cosas como si fuesen posibles todos los milagros.
Hay cartas como ésta sobre las que se ha llorado.
Hay cartas sobre las que se ha preguntado cuál es el final de todo.
Hay cartas como ésta que no quieren tener final.
Hay cartas que solo pueden terminarse cuando la historia continua.
Hay cartas como ésta que sólo pueden leerla quienes están enamorados, o quieren enamorarse.

Hay cartas cuyos dueños se han enamorado como los que leen estas líneas.
Y han dejado de leer para escribir sus propias cartas. Porque hay alguien que espera recibir una. Ese eres tú, ese soy yo.

Carlos de la Rosa Vidal (1980)

Peruano

El texto es una reflexion sobre las cartas de amor. Es un poema incluido en el libro del mismo nombre y que le da titulo a una serie de poemas de reflexion. el libro completo puede descargarse en:

Libro El Poema de las Cartas
http://www.divshare.com/download/1590296-567

lunes, 20 de agosto de 2007

Hoy quisiera

Hoy quisiera
que naufragaras en el mar de mis ojos,
y que mis brazos te guiaran hacia
el puerto seguro de mis pechos.


Hoy quisiera
que te entregues a mí sin límites
y poder por una noche soñar
que sos mío para siempre.


Hoy quisiera
que entre risas, besos y caricias
podamos conjurar
esta absurda quimera de tiempo y espacio.


Hoy quisiera tan sólo...
que estés aquí.


AndreaS.

domingo, 19 de agosto de 2007

Ilusión

Cómo quisiera hoy estar con vos,
darte un beso y un abrazo,
mi cuerpo reclama tu ternura,
la suavidad de tus labios,
el calor de tu piel.
Anhelo tu sonrisa,
tu mirada clavada en mis ojos
invitándome, provocándome,
incitándome a que tome la iniciativa.
Ese perfume que me tienta
y sin darnos cuenta,
nos amamos intensamente
sabiendo, que es sólo una ilusión.

AndreaS

sábado, 18 de agosto de 2007

Toma mi mano y camina conmigo

Camina conmigo aún en la lluvia,
no podemos tomar el dolor ajeno,
pero puedes contar con que a mí sí me importas,
no por tus ganancias mundanales,
pero sí por los sentimientos que compartimos.

Camina conmigo como hermano,
entonces nos podremos entender,
no para que me escuches predicar,
no para que yo te enseñe.

Si nos ayudamos, es por que lo deseamos,
no por obligación, no por dinero.

Camina conmigo como un amigo,
caminemos juntos el sendero largo,
cuando me necesites estaré contigo,
si te caes te prometo levantarte,
acércate amigo y toma mi mano...

martes, 14 de agosto de 2007

Agosto en mi piel

Moriré con tus palabras
hartas de sueños y de necias golondrinas,
moriré si no caminas esta noche de reproches
por la sixtina razón de no haberte comprendido,
moriré cuando te leo si lo que creo es que me amas
y este sueño termina...
Luego: ubicare mis penas donde no me estorben,
en el orden cansado de amar y en el costado
pausado de la humilde pieza, ellas me darán la tibieza,
enorme, de saberme roto y solitario,
buscando en tu partida el porque de mi sagrario
y mi corazón en desorden...
Soportarè la ausencia del desvestirse de tus faldas,
soportarè en mi espalda tu mirada acusadora,
soportarè largas horas sin tu extrañada presencia
pero nunca soportarè la terca resolución de tu partida,
que ha dejado en mis ojos lágrimas dormidas
sobre esta sábana inmensa y a deshora…

el huron

domingo, 12 de agosto de 2007

Esos locos bajitos - Feliz Dia del Niño

A menudo los hijos se nos parecen
y así nos dan la primera satisfacción.
Esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres,
y a los que por su bien, hay que domesticar.

Niño... deja ya de joder con la pelota
Niño... que eso no se dice, que eso no se hace,
que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma
nuestros rencores y nuestro porvenir
Es por eso que nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación
y les vamos transmitiendo nuestras frustraciones,
con la leche templada, y en cada canción

Joan Manuel Serrat

sábado, 11 de agosto de 2007

Valeria

Valiente
Amorosa
Lindísima
Elegante
Risueña
Imaginativa
Amiga

Te amo

Maca

miércoles, 8 de agosto de 2007

Mujer de arena

Eres de mar, de mar y de arena, contigo las penas pasan al olvido
y el lento descuido de tus ojos oscuros convoca el conjuro de cualquier tristeza.
Eres de mar, de mar y de espuma, tus manos de bruma arañan mi costa
de muslos desnudos, yendo y viniendo como tus palabras, exactas y melancólicas.
Eres de mar, de mar y de sal, eres el brutal y tardío romance del ocaso
o eres acaso un espejismo casual. En todo caso: eres el destino,
que irónico te puso cerca y lejos, cerca de mis ojos, lejos del camino,
pero juntos los dos en la espuma fatal…


El Huron

viernes, 3 de agosto de 2007

Bruno

Bondadoso
Radiante
Unico
Nene
Ordenado

Maca

jueves, 2 de agosto de 2007

El tiempo pasa mientras estamos distraidos

Mi amiga Coletta solía decir, y hace ya mucho tiempo: Estamos entrando en la edad del “nunca me había pasado”.
Y es así.
Decimos: Es curioso. Nunca me había pasado. Me agaché a recoger un tenedor y se me trabaron cuatro vértebras de la columna.
Escuchamos: Es notable. Nunca me había pasado. Mordí un caramelo de limón y un premolar se me partió en ocho pedazos.
Es que, así como se habla de un Primer Mundo y de un Tercero sin que nadie conozca a ciencia cierta cuál es el Segundo, nosotros hemos pasado de la Primera Edad a la Tercera sin recalar por la Segunda y el cuerpo acusa recibo de tal apresuramiento.
El tiempo mismo, incluso, ha tomado una consistencia gelatinosa, plástica, mutante. Calculamos: ¿Cuánto hace que se mudó Roberto a su nueva casa?.
Y arriesgamos: ¿Tres, cuatro años. Hasta que alguien, conocedor, nos saca de la duda: Catorce.
Suponemos ante el amigo encontrado ocasionalmente en la calle:
—Tu pibe debe andar por los seis, siete años.
—Tiene diecinueve —nos contesta el amigo—. Vení, Tacho —y nospresenta a una bestia de un metro ochenta, pelo verde, un clavo miguelito clavado en la ceja y un cardumen de granos sulfurosos en la mejilla.
Se corrobora entonces aquello que, dicen, decía John Lennon: El tiempo es algo que pasa mientras nosotros estamos distraídos haciendo otra cosa.
Y suerte que estamos distraídos haciendo otra cosa. Mucho peor es aburrirse.
Es dulce rememorar ciertos momentos, pero más me entusiasma pensar en las cosas que tengo para hacer.
Es que muchos de esos ciertos momentos son muy viejos.
Y por lo tanto vale recordar el consejo dado por Javier Villafañe cuando alguien le preguntó cómo hacía para conservarse tan joven pasados los ochenta años.
—No me junto con viejos —respondió el maestro.