martes, 15 de noviembre de 2005

Serie de los días calientes

Habiendose el verano ya instalado
circulo por las calles calurosas
mirando a la gente anonadado
debido a que se calzan raras cosas.
Es curioso como aquellos elegantes
que en invierno se ponen ropas finas,
trajes, sobretodos importantes,
corbatas, bufandas y chalinas,
abandonan sus costumbres y buen gusto
se transforman de britanicos señores
a sujetos que producen cierto susto
Donde antes los zapatos fueron dueños
unas breves franciscanas los reemplazan
y los dedos cuadrados y risueños
aparecen por doquier y me amenazan.
Otros portan extrañas zapatillas
que acompañan con pequeños pantalones
mostrando peludas pantorrillas
acompañando con medias sus acciones.
No falta el marsupio utilitario
colgando en la cintura de costado,
Y si se esta embarazada es necesario
mostrar en la panza un buen bronceado
y exhibirla con remeras muy cortitas
como trofeo del invierno que ha pasado.
Para el sol hara bien tanto mal gusto?
Estaremos mas frescos y livianos?
Mostraremos a todos que no importa
ponernos lo primero que encontramos?
Ya no quedan mocasines, camisas de algodon
o zapatos de taco y trajecitos?
Porque sera que soy tan criticon?
Firmado de nuevo Ricardito.

Horbiger

1 comentario:

Anónimo dijo...

El calor puede ocasionar tantas molestias que a veces se deja a un lado los detalles estéticos, que son importantes para mí.
Sin deseo de criticar porque respeto las costumbres de cada uno.
Me gustó su poesía.


Heidi
Sgo del Estero