viernes, 13 de octubre de 2006

Un teclado entre los dos

Rostros cambiantes de mudantes ojos,
enojos y risas me circundan con derroche,
no habrá reproche para madrugadas compartidas,
el teatro de la vida se me presenta esta noche,
con lágrimas y despedidas, con encuentros de miradas furtivas
y en las esquinas escondidas de un teclado febril,
se esconde el atril de mis letras dormidas...
Esperaré ansioso esas tres palabras que reflejen tu letra indefinida,
la desconocida porfía me arrebata el ansia intenso,
y de tanto esperarlas a veces, he llegado a creer que no existes,
que solo te vistes en mis sueños
y que solo vives cuando yo te pienso.
Digamos por ejemplo...que nos hemos amado.
El costado indiscreto del lecho enmudecido
será el mudo testigo de la piel que no desmiento,
ahora esos momentos quedarán en mis bolsillos,
de poeta acostumbrado. El dolor de la despedida
me dará mas vida al saber que me has amado
y podré decir entonces:
ADIO...con un gesto sencillo, para soñarte después,
ya casi dormido, ya mas calmo...

El Huron

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hurón : ¡Eres el elnguaje del amor!



Heidi