sábado, 21 de octubre de 2006

Algunos versos

La sonámbula novela de entristecidos ojos
ha cedido al antojo rechazado del alma meditando mis palabras:
tal vez será mejor así. No creo volver a ser feliz, por los menos en la medida
en que lo he sido antes de conocer lo exacto y bueno de tu alma.
Averiguados los sedosos y tortuosos caminos que el destino
empecinó en separar a nuestra vera, se abre ahora la tierra
para dar paso a oscuros designios y no escucho celestiales trompetas
ni la quieta calma del batir de ángeles sus alas,
sólo se instala la tristeza obstinada y terca, burlándose en la sala.
Otros atardeceres vendrán y otras calmas, las espero
con el reposo del guerrero que nunca ha combatido, el dolido
instante fugaz capaz de haberme enamorado
he desechado por miedo a la locura y la premura de tus besos
he arrancado, con insólito dolor anticipado,
de donde jamás tu boca llegó
ni la humedad de tus labios de mujer han estado.
Perpetuo aire te rodeará de mis brazos infinitamente
allí donde te encuentres, impenitentes sueños de tus pasos
me guiarán en las noches posibles y el ocaso de mi vida
me encontrará abrazado a tu retrato, hoy y para siempre.

El Huron

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre, todo lo que escribes es apasionante.



Heidi