sábado, 6 de mayo de 2006

Deseos

Hoy es uno de esos días en que querría hablar con Dios cara a cara. Ser el único ser humano en el mundo habitando alguna playa solitaria de algún confín del universo.
Sentada en las rocas, húmedas por el roce del mar. Escuchando el dulce susurro de la marea en mis oídos.
Cerrar los ojos y tocar la felicidad.
Caminar sin rumbo a lo largo de la interminable ruta que une la profundidad celeste con la arena dorada. A lo lejos, en el horizonte, la puesta del sol.
Estar sola, no por egoísmo sino por necesidad; tratando de rescatar aquellos pequeñitos destellos de luz que Dios envía. Aquellos que cuando llegan nos hacen brillar, y es brillando que podemos reir en vez de llorar; seguir adelante sin decir basta y obtener la suficiente cantidad de luz como para iluminar nuestro mundo interior.
Y esos rayitos son las pequeñas partículas que forman un don: la fe.
AndreaS.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso, yo tengo la misma necesidad que vos, quizás estemos transitando ambos un camino difícil, pero como expresás muy bien esos pequeños destellos de luz harán que brillen nuevamente nuestros espíritus y que ya no busquemos en la soledad lo que podamos encontrar en compañía.

Anónimo dijo...

Querida amiga lo mismo que tú deseas lo siento tal cual. Es que a veces necesitas estar en comunión con uno mismo para poder seguir transitando este mundo que a veces nos lastima sin merecernos.
Todo pasa, todo llega, todo se diluye.

Heidi
Sgo del Estero