En el horizonte se clava una estrella
y esbelta se muestra la luna fugaz
pandorga sin hilo, sin cola ni flecos,
que brilla en lo alto, se muestra y está.
Bichito que vuela con su propia usina
y el cielo que cambia su celeste y fue,
dulzura y encanto, color y esperanza,
y ahora ha trocado e invita a soñar.
Pensar el mañana, de soles y trinos,
en cantos de niños y una luz de amor,
que enciende las almas más allá del tiempo,
para que vivamos sin dejar de estar.
Hugo Alfonso Izaguirre
Paraná
sábado, 24 de junio de 2006
Estar
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