Con el adiós

Me voy: con el adiós enraizado en mis venas,
dejando que las penas desangren despedidas, la ultima partida
me devuelve lloroso, aquel acuoso beso que te robé en la partida.
Ahora serán mis mañanas distintas sin tu risa,
ya no tendré aquella infantil y temerosa prisa de mirar a tu almohada porque cruel la nada
inconsistente que dejaste en mis sueños,
me dirá que soy el dueño de un amor fantasma...
Estés donde estés la lluvia me alcanzará tus besos, seremos presos en los desnudos pechos de la distancia y de estas ansias
terribles de nunca vernos,
los ángeles de otros avernos dirán sus palabras taciturnas
y esta: la nocturna realidad se cambiará por esta tarde,
tan fría de alardes y caricias espantadas, casi cerrada
al inmenso deseo de poder:
algún día, abrazarte y escapar de estos infiernos...

El huron