martes, 20 de diciembre de 2005

Ansias

Hombre mío
tu respiro es la brisa que
refresca mi alma.
El roce tan amado
no discute, sólo pide.
Tu corazón es mi latido.
Tus labios la unión
de lo deseado.
Nuestros cuerpos
ardientes se estrechan.
Abren la puerta de la entrega
con todo pulso,
calor, piel y alma.

Heidi Rótulo de Arnedo
Sgo. del Estero

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ella dejó de quererme,
y yo, como el primer día,
sólo vivo por su amor;
el más difícil todavía
me amenaza con la soledad,
y siento que toda mi vida
a su lado, es un sueño
tan lejano, que querría
no vivir los años
que separan mi fantasía
de la cruda realidad,
o quizás ésta, de la muerte.
Dejó de quererme, creyendo
que podría olvidarme;
yo lo intenté tiempo antes
y fracasé...

LorD