jueves, 15 de diciembre de 2005

Aferrada a mi como a una soga

Aferrada a mí como a una soga
mi brazo fue tu manto
Anduviste mi camino, de mi mano
Sedienta, bebiste de mi agua
leíste con mis ojos
dormiste con mi sueño
Me hiciste creer que me amabas

Mientras tanto,
negado, escondido, clandestino,
yo te esperaba...
Corrí contigo hacia la nada
corrí casi hasta la muerte
Quise creer que me necesitabas

Sabiendo de mi amor inexorable
me pedías que no te mirara...
No te merecías mi espera
ni mi insomnio
ni mi pena
No me decías nada

Ojalá pudiera devolverte
esos ojos que se han clavado en mi alma
Ese silencio, esa distancia...
esa indiferencia de estatua
Ojalá pudiera decirte
que la vida no se desanda
Que todas las heridas quedan
y que el perdón nunca alcanza.

El Ruso Héctor

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ruso:Tienes un estilo muy poético,digas lo que digas es hermoso.¡Te felcito!



Heidi