miércoles, 6 de junio de 2007

Un secreto entre los dos

Escuché las voces dentro mío diciendo que marchabas,
sólo en tus labios irreconocidos donde mi alma soñaba que volverías,
que nada más mentías, para enojar mi alma
y pensé en lo inútil de las despedidas, preferí quedarme con la calma
instantánea de tus ojos, que decían con lágrimas
que en mí te quedabas...y que jamás te irías.
Entonces abandonamos la lluvia de los cuerpos embriagados de niebla
y en la espesa corteza de los sentidos, habremos sido
entonces, el bronce capaz de haber sobrevivido a la tristeza.
Pondré luto a las estrellas si esta noche no me besas,
será de trapo la ninguna tristeza inmensa y cambiará la fortuna trucada
de excesos, de esos tus besos que mi boca espera,
como fatal quimera quemándose a la faz socarrona y brumosa..
de nuestra luna. Dejaste mis ojos como espejos eternos y el infierno rojo
de no tenerte, trastoco los siete años de la mala suerte,
en esta noche única e impotente. Mi despojo aun te extraña y ansío tus pasos
en la madrugada ignorante de mi llanto con gestos sospechados
de la lluvia impenitente, entonces vuelvo a amarte: como a ninguna...

El Huron

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Excelente! tan bien logrado que hace sentirse protagonista. ¡Felicitaciones!



Heidi