sábado, 23 de septiembre de 2006

Alguna noche

Tal vez un día la esquina somnolienta despierte con tus pasos
fundiendo en mi letargo largas horas de agonia,
descubriendo azorado que enterrado el fracaso
la luz de tu mirada rescata del pasado las pasadas alegrias.

O quizas el infinito de esperarte envuelto en llanto
deshaga mi pañuelo de lagrimas y suspiros
asomando perplejo a las ventanas de esperarte tanto
con la tremula risa del amor pretendido.

Entonces esa noche me asomare a tus ojos con los ojos mios
llenos de la luz del amor y del perdon que necesitabamos tanto
para fundir en el lecho extrañado del vacio sombrio
nuestros cuerpos desnudos enredados en caricias de amianto.

Definitivamente seremos uno: sin reproches ni palabras de apuro
lanzados nuevamente a la aventura de querernos
cuando las campanas conocidas de los besos iluminen el silencio oscuro
y entremos triunfantes al paraiso de haber dejado esos infiernos.

El Huron

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Encantador! Como todas tus cosas Hurón, hacía un tiempo que no me deleitaba como hoy al leerte.


Heidi