viernes, 14 de abril de 2006

Esa mujer desconocida


Lánguida sonrisa de caricias envueltas en billetes sin sonido, impávido sentido de tu piel revuelta a mi contacto, al rebajado trato de tenerte conmigo y poder abrazarte y contarte al oído aquello que nadie puede escucharme, en la noche que amanece y se crece dulce y tranquila, por aquellos billetes dormirás con mis sueños en fila...sintiéndome tu amigo.Escucharé repentinos besos de madrugadas terminadas en adioses lentos que no repiten el sueño, esa cosa prostituta de vernos y no vernos, tal vez un silencio, una caricia adosada a la mejilla desacostumbrada y después, la frágil semilla que no dará la flor por distintos miedos....porque infinitos y distintos tiempos se suceden entre nosotros: ay!...el potro desbocado del silencio galopa su costumbre eterna en la terca irrealidad ceñida al descontento. Intento verte y no lo logro, el ogro de mis ojos todo lo ciega esta mañana y una lagrima a modo de consuelo intento, vana, pero aun así, te extraño y me desespero: de ver en tu cara la cara de una repetida mujer tan mía y tan lejana...de metálicos intentos.
El Hurón

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Excelente! ricas metáforas que erizan la piel. Te felcito.


Heidi
Sgo del Estero