sábado, 22 de abril de 2006

1945

Buenos Aires.

El general MacArthur se hace cargo de los japoneses y Spruille Braden se ocupa de los argentinos. Para conducir por la buena senda de la democracia, el embajador norteamericano Braden reúne a todos los partidos políticos, desde el conservador hasta el comunista en un frente común contra Juan Domingo Perón, según el departamento de estado, el coronel Perón , ministro de trabajo del gobierno, es el jefe de una banda nazi.
La revista Look, afirma que es un pervertido, que en los cajones de su escritorio esconde fotos de indias desnudas de la Patagonia.
Volando recorre Perón el camino a la presidencia, lleva del brazo a Evita, actriz de radio teatro de ojos febriles y entradora voz; y cuando el se cansa o duda o se asusta, es ella quien lo lleva.
Perón reúne mas gente que todos los partidos juntos. Cuando lo acusan de agitador, responde que a mucha honra. Los copetudos, los de punto en blanco corean el nombre del embajador Braden en las esquinas del centro de Buenos Aires, agitando sombreros y pañuelos, pero en los barrios obreros , gritan el nombre de Perón las descamisadas multitudes. El pueblo laburante,
Desterrado en su propia tierra, mudo de tanto callar, encuentra patria y voz en este raro ministro de trabajo.
El prestigio popular de Perón crece y crece a medida que desempolva o crea leyes nuevas.
Suyo es el estatuto que obliga a respetar los derechos de quienes se desloman trabajando en estancias y plantaciones, el estatuto no se queda en el papel y así el peón de campo, casi cosa, se hace obrero rural con sindicato y todo.
Años después los trabajadores y estudiantes argentinos pagaran con sangre el haber desafiado a los dueños del poder en Argentina.


Pablo Moyano

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pablo creo que hay que reconocer que lo que tú dices es cierto. No milité nunca en ningún partido político pero trato de reconocer los méritos de cada uno. El comentario tuyo me parece justo.


Heidi
Sgo del estero.