Luchar es ir contra un ideal que se nos escapa de las manos escondiéndose tras los muros del agobiado corazón para luego alzar un majestuoso vuelo con la furia de dos alas desplegadas al viento, huyendo de la tempestad que no quiere abandonarnos, concluyendo en una mañana de rocío.
Luchar es pelear contra los hombres, cantando amor a los cuatro vientos sin cesar de gozar con una respuesta susurrada, inaudible. Es combatir la indiferencia golpeando la realidad helada que nos circunda para comenzar a irradiar el calor que necesita para volcarse al ser.
Luchar es bregar sin conocer más dimensión del mundo que la de un presente que nos impulse a la sonrisa espontánea, rondando una sensación que nos ayudó a crear irradiando sentimientos que al fundirse con el viento se convirtieron en bendiciones.
Luchar es hallar en un anhelo que ansiamos la razón para vivir, teniendo la sensación de que caeremos mil veces con la seguridad de que juntos podremos levantarnos y simplemente... seguir luchando
AndreaS.
Luchar es pelear contra los hombres, cantando amor a los cuatro vientos sin cesar de gozar con una respuesta susurrada, inaudible. Es combatir la indiferencia golpeando la realidad helada que nos circunda para comenzar a irradiar el calor que necesita para volcarse al ser.
Luchar es bregar sin conocer más dimensión del mundo que la de un presente que nos impulse a la sonrisa espontánea, rondando una sensación que nos ayudó a crear irradiando sentimientos que al fundirse con el viento se convirtieron en bendiciones.
Luchar es hallar en un anhelo que ansiamos la razón para vivir, teniendo la sensación de que caeremos mil veces con la seguridad de que juntos podremos levantarnos y simplemente... seguir luchando
AndreaS.
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