domingo, 7 de octubre de 2007

Renace vida de la muerte

Se desnuda el árbol,
en un navío que zozobra
bajo su propio peso.
Era un gigante sedentario,
ahora transformado en nómada errante.
No es desarraigo, es fusión.
Se rompieron los grilletes de las velas enarboladas,
un regio y fuerte viento crujió en mi pecho.
La quilla, proa y popa,
todo absolutamente todo se desgajó de cuajo.
Solté amarras, desgarrándome,en mi último suspiro,
entregando mi cuerpo hundido en los profundos mares del bosque.
Pudiera parecer que fue una caída seca la que me arrastró,
y nada más lejos de la verdad.
Fui yo mismo que me balanceé ,queriéndome
desplomar.
Estoy en el velatorio del bosque, en familia,
y sólo por la noche testifican silenciosos los luceros
mi sombra.
Ahora,transformado,con la piel mudada,crezco con la luz de otoño,
entre insectos y hongos, floreciendo flores en primavera.
Fui señor de los bosques, y ahora matería orgánica.
Las raices, al no sentir mi cuerpo, se niegan a vivir en las cavernas,
ansiosas,desesperadas,reniegan del suelo, y buscan la luz preciada exhalando
nuevos brotes.
Todo sobrevive en estos océanos verdes.

Max Volckaert

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