sábado, 7 de julio de 2007

Mujer arena abierta

Dicen que soy igualita a ti.
Rebelde, impetuosa, peligrosa y salvaje.
Mujer leona apunta la psicóloga;
hembra mala, mis abuelos.
Pocos ven el otro lado nuestro:
acompasado, lento y arrullador,
el que nos vuelve amantes extensas.
Siento mi saliva como tu brisa,
vaivén de calidez en estado libre;
violento chorro aguoso al odiar o peor,
al amar con vehemencia.
Nuestro amor oleado también mata,
eso me dijo Julio ayer.

Somos el mismo descontrol impredecible.
El misterio que guarda manojos de vida
entre sus humedades profundas.
El golpeteo incesante de rocas duras;
de besos de sal quemada.
Somos el zumbido que duerme bestias,
aunque todavía nos usen para vacacionar
y los menos para vivir o soñar.

No hay comentarios.: