Mentiras que no has podido ser ni lo serás,
O quizás, al fin y al cabo ya no importa...
Regaré mis pasos y mis reflejos cansados de
Gemidos y ademanes mudos con la simple inocencia que no llegarás
A ver ni presentir, detrás del eterno obstáculo oscuro de tu mirada cuando
Nada aquieta mis impulsos y me hace temer por lo que pudiera sentir..
Ahora te pienso, en mi triste penumbra
Pienso en tus letras, mujer de pesadillas,
En cuanto cruzaste entre el romance de la luna y su plateado espejo
Rompiendo la inalcanzable vigilia con misteriosa sonrisa,
Dando a mis venas aquel beso inexistente de la suerte.
O que un día me diste, sin saberlo, lo que llevaré con aprehendido celo
Nadando en mis mejillas: hasta el día de mi muerte.
El huron
domingo, 1 de abril de 2007
El amor gana
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1 comentario:
¡Hermosa! Muy buenas metáforas.
Heidi
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