domingo, 29 de abril de 2007

El poeta y el mar

Amabas la palabra,
qie en dulce hablar se queda,
y suave abracadabra
de un sueño y un poema.

Amabas al amigo,
a la guitarra mansa,
fue el tiempo tu enemigo
y el tiempo nunca alcanza.

Amabas los paisajes, tejidos por la lluvia
cuando eran mas sencillos, la vida y el coraje.
Te daba diariamente, una esperanza rubia,
la de ir amando el viaje, tan solo por el viaje.

Y amabas tus canciones, que dabas tan de a poco,
cuidando tus razones, de mágico y de loco.
Amabas al amigo, a la guitarra manza
fue el tiempo tu enemigo y el tiempo nunca alcanza.

Es hora que te marches buscandote el olvido,
que nadie se da cuenta, cuando un poeta calla,
tal vez alguna tarde, despues que te hayas ido,
una mujer te encuentre, soñando en una playa.

Carlos Barocela

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