Alza la mano y siembra,
con un gesto impaciente,
en el surco, en el viento,
en la arena, en el mar...
Sembrar, sembrar, sembrar,
infatigablemente:
En mujer, surco o sueño,
sembrar, sembrar, sembrar...
Yérguete ante la vida
con la fe de tu siembra;
siembra el amor y el odio,
y sonríe al pasar...
La arena del desierto
y el vientre de la hembra
bajo tu gesto próvido
quieren fructificar...
Desdichados de aquellos
que la vida maldijo,
que no soñaron nunca
ni supieron amar...
Hay que sembrar un árbol,
un ansia,
un sueño, un hijo.
Porque la vida es eso:
¡Sembrar, sembrar, sembrar!
José Angel Buesa
lunes, 8 de enero de 2007
Sembrar!
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