Eres de mar, de mar y de arena, contigo las penas pasan al olvido
y el lento descuido de tus ojos oscuros convoca el conjuro de cualquier tristeza.
Eres de mar, de mar y de espuma, tus manos de bruma arañan mi costa
de muslos desnudos, yendo y viniendo como tus palabras, exactas y melancólicas.
Eres de mar, de mar y de sal, eres el brutal y tardío romance del ocaso
o eres acaso un espejismo casual. En todo caso: eres el destino,
que irónico te puso cerca y lejos, cerca de mis ojos, lejos del camino,
pero juntos los dos en la espuma fatal…
El Huron
miércoles, 8 de agosto de 2007
Mujer de arena
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