Tu mirada alentaba a que
el mundo creciera,
trémulos tus besos
recorrieron el tiempo,
resultaron abrigo,
ofreciste tu vientre,
maduraron los sueños y
cantaste a los vientos que
el amor es un templo
donde no entra el olvido.
Heidi Rótulo de Arnedo
Sgo del Estero, 8 / 03 / 2009
martes, 7 de abril de 2009
La Mujer
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