Quisiera que tus manos
me aprisionen
que tus palabras arropen
mi cuerpo y
como dos fantasmas que se buscan,
seas mi guía en el sendero.
Que tu mirada no deje
de hablarme,
ni tu sonrisa de arrullarme.
Que el calor que me brindas
permanezca y
que tu alma sea mi vertiente
del amor que le prodigas
a la vida.
Heidi Rótulo de Arnedo
Sgo del Estero
domingo, 15 de junio de 2008
Padre
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